Hoy vamos a hablar de una de las partes más importantes de tu obra de reforma: el proyecto.
Cuando compras una silla o unos zapatos, basta con verlos, y probarlos, para tomar una sola decisión ¿los compro SÍ o NO?
Hacer una reforma implica tomar cientos de decisiones. En realidad, cualquier objetivo que requiere de varias personas implicadas, que va a realizarse durante un periodo de tiempo y que supone una inversión (es decir, recursos, tiempo y dinero) necesita de un proyecto.
Un documento en el que se defina qué vamos a hacer, qué vamos a necesitar para hacerlo, cómo lo vamos a hacer y cuánto va a costar.
Existe la creencia que el proyecto no es importante, ni siquiera necesario. ¡Error! Eso lo suele pensar el que no sabe cómo hacer un proyecto, créeme.
Cuando alguien te diga: “Tranquila mujer que yo me ocupo va a quedar estupendo” sin darte detalles de cómo va a ser, qué materiales va a usar y cuánto exactamente te va a costar, sal corriendo. ¡Ya!
Y no sólo NO es una pérdida de tiempo si no que es el momento de disfrutarlo, de soñar, de probar cosas, de recrearse. Porque el papel todo lo aguanta.
Y no hablar de que unos días más de trabajo en el despacho pueden ahorrar semanas de trabajo en obra y miles de euros.
Repito: miles de euros.
Supongo que ya tiene tu hoja de ruta (si no la tienes descárgala aquí) y ya te habrás informado de qué permisos debes pedir al tu ayuntamiento y qué técnicos son necesarios para que te ayuden con tu obra (si no, puedes averiguarlo aquí). Así que ahora toca que sepas más cosas sobre esta fase apasionante que es la del proyecto.
A mí me encanta y para ayudarte a ti puedes escribirme sin compromiso. Confieso que es la que más me gusta. Bueno, la obra también 🙂
Te dejo entonces con el video.
Hasta la semana que viene.
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